Las implicaciones de un mundo cada vez más tecnológico van de la mano con los impactos a la vida en el planeta: Durante años, generaciones se dedicaron a brindar servicios y productos en masa para lograr cubrir la demanda de la población mundial. Hoy en día, los sucesos ambientales hacen que a pesar de las iniciativas para conseguir energía limpia se vuelvan en nuestra contra.
A pesar de que los distintos acuerdos ambientales tienen planificado llegar al tan deseado desarrollo sostenible en los próximos años como la agenda 2030 de la ONU, teniendo en cuenta que existen las tecnologías que se están desarrollando, aún están a prueba lo que nos lleva a pensar que este desarrollo puede llegar a ser una utopía.
Si hablamos de sostenibilidad, tenemos que referirnos al Informe Burndtland (1987) donde se manifiestan las consecuencias negativas que produciría el crecimiento económico y la globalización si no se tomaban las medidas medioambientales necesarias. (¿Qué es el desarrollo sostenible y los objetivos globales? | ACCIONA, s. f.)
Estas medidas medioambientales exigen una gestión y planificación urbana, rural y social para lograr llegar a las metas establecidas en los acuerdos celebrados en las cumbres sobre el medio ambiente.
Tecnologías emergentes como el uso de energías renovables serán de ayuda, hasta que enfrentemos el dilema de que dicha tecnología no sea viable debido al costo o la falta de conocimiento sobre los procesos para evitar que llegue a contaminar.
Otras como la medición de la huella de carbono y la nube serán las tecnologías emergentes más importantes que por cierto se estima sean muchísimo más fáciles de adaptar debido a su rentabilidad.(Juárez, 2022)
Es por ello que se necesita un plan que implique a las distintas esferas de la sociedad y el impacto en cada aspecto de ellas. De esta forma estos costos y dificultades para su manejo se traducirá en servicios sean posibles para todos.
México es uno de los países con mayor adaptabilidad puesto que tiene dos elementos de mucha importancia para ello: megadiversidad biológica y megadiversidad cultural (Admin & Admin, 2018) dicho esto, también enfrenta altos índices de marginación, por lo que poner atención al uso de dichas tecnologías de una forma socialmente responsable es la única opción.
El uso de tecnologías debe acoplarse a distintos entornos bio-sociológicos es por ello que nuestro país puede funcionar como una especie de “laboratorio sin muros” concepto que dentro de la comunidad científica es entendido como un espacio de confluencia entre instituciones y agentes situados en lugares dispersos que pueden integrarse y colaborar en proyectos complejos (UNESCO, 2005 como se citó en Jiménez & Puerta, 2018)
La co-laboración es clave para un uso más responsable de los recursos que tenemos a la mano. De este modo llegaremos a una verdadera sostenibilidad que impactará profunda y positivamente nuestras vidas.